Miedos reales hay pocos. Por supuesto, que cuando nos encontramos en una situación donde peligra nuestra vida, es normal que sintamos miedo. Es una reacción natural que también permite movilización del organismo para su salvación.
Pero muchos miedos existen sólo en nuestra mente. Cuando situación no es realmente peligrosa, por ejemplo: nos toca hablar en público, y sin embargo reaccionamos con miedo, tenemos que preguntarnos: Cuál es el mensaje en el miedo? Qué es lo que realmente me asusta en esta situación? Cuál es la amenaza?
Hay situaciones del pasado que se grabaron en nuestro inconsciente. Siguiendo con el ejemplo de miedo de hablar en público: imaginemos que siendo niños, hablamos en la clase y todo el mundo se río de nosotros. O nuestros padres nos repetían: Sólo dices tonterías! En este momento seguramente aparecieron sentimientos como vergüenza o dolor y un mensaje quedó grabado: Lo que digo es ridículo. Ahora, unos cuantos años después, cuando nos toca hablar delante de alguien, tenemos miedo de expresar nuestra opinión. No es que sea algo consciente, pero en situaciones que son interpretadas al nivel inconsciente como “peligrosas” (porque en el pasado nos provocaron algún tipo de dolor), el organismo por si acaso nos avisa del supuesto peligro.
Estos mensajes no son conscientes, a nivel consciente sólo vemos los efectos físicos. En la terapia gestalt transpersonal intentamos ver que es lo que nos dice nuestro subconsciente. Una amiga me dijo un día que el subconsciente es como un niño pesado, sólo quiere que le prestemos un poco de atención, que lo miremos con un poco de interés. Si no lo hacemos, sigue tocando las narices. Me parece una metáfora muy adecuada, porque sólo el hecho de pararnos y reconocer que existe esta emoción, que algunas veces nos sentimos atemorizados y vulnerables, nos trae alivio.
En la terapia el primer paso que hacemos es permitirnos a sentir este miedo. A veces las personas vienen a la terapia diciendo “Quitamelo!” dicen, como si se tratara de un tumor. Lo quieren quitar, extirpar, ahogar, matar, echar, etc etc. Pero con esta actitud sólo causamos lucha. Y cuando hay lucha, sólo potenciamos lo que hay.
El miedo parece a veces algo muy grande. A veces crece en nuestra mente hasta tamaños inconmensurables. También cogemos miedo o rabia al mismo miedo. Nos enfadamos: porqué estás aquí y no me dejas avanzar? Porqué obstruyes mi camino?
El terapeuta gestalt transpersonal nos invita a experimentar realmente el miedo como una emoción – sensación cualquiera, sin demonizarlo o rechazarlo. Cuando nos atrevemos a experimentarlo desde el cuerpo, vemos que realmente no es nada. Como cualquier otra emoción o sensación, cuando lo observamos, se va disipando en el vacío. Y descubrimos que el grande monstruo que creíamos que era, es realmente un fantasma fabricado por nuestra imaginación.