El otro día me enteré que Robert Williams se suicidó. Me entristeció, porque era uno de los actores americanos que me gustaban mucho, con su estilo peculiar amargo dulce. Dicen que tenía problemas económicos, problemas con alcohol, y sufría depresión… Qué paradoja, por cierto, porque era él que hacía reír a millones de personas en sus actuaciones en Patch Adams, Old Dogs, Toys y muchas otras.
A partir de allí empecé a reflexionar sobre la seguridad. Parece ser que la necesitamos mucho, porque cuando se va, nuestro mundo se tambalea. Pero en qué se basa nuestra sensación de seguridad?
Todos deseamos sentirnos seguros, nos esforzamos mucho para asegurar un futuro para nosotros y las personas queridas. Ahorramos, prevemos, planeamos. Dedicamos mucho tiempo a crear nuestra pequeña comodidad organizando nuestra vida de la mejor manera posible. Pero puede lo material darnos la sensación de seguridad estable?
A veces nos enfrentamos a las situaciones que nos desafían profundamente, a nosotros y nuestra sensación de seguridad. Es cuando pasa algo inesperado, cuando todos los planes se rompen, porque a lo mejor perdemos un trabajo, una relación, dinero, salud, y nos enfrentamos a una dolorosa pregunta: Y ahora qué? La sensación de inseguridad sobreviene, causando ansiedad y miedo. Nuestra autoestima se viene abajo.
Allí tenemos la oportunidad de darnos cuenta, hasta que punto la seguridad depende de lo externo. Pero pocas veces reflexionamos sobre ello. Actuando desde el pánico, intentamos hacer algunos movimientos para recuperar la seguridad perdida. Intentamos arreglar lo externo de alguna manera.
Pero es realmente posible encontrar esta seguridad afuera? Si es que si, cuánto tiempo puede durar? Y qué pasará con nosotros cuando lo externo cambie? Porque sin duda puede cambiar. Es natural que cambie, porque es lo que es la vida: cambio, movimiento, fluir. No estamos acaso engañándonos, intentando meter a la vida cambiante y fluida dentro de unas reglas fijas y rígidas creadas desde nuestro miedo? Puede esto funcionar?
Dice Ramesh Balsekar, un maestro de Advaita Vedanta, que si buscamos seguridad en este mundo cambiante, tenemos que separarnos de él, y de esta manera nos sentimos aún más inseguros. Este círculo vicioso nos puede llevar a algún lugar?
Según varias sabidurías antiguas la búsqueda de seguridad y control es una ilusión. Tiene que ver con un apego a lo conocido, y lo conocido tiene que ver con el pasado. Si permitimos que nuestra mente acepte la inseguridad, nos abrimos al campo de infinitas posibilidades, creativo y siempre fresco. Y cuando la vida nos desafía, es realmente una oportunidad de renovarse, de cambiar, de dejar de construir los castillos basándonos en las memorias del pasado. Quizás es momento de descubrir una confianza en la vida? Hay algo más grande y sabio dentro de nosotros mismos que no nos va a dejar nunca, a pesar de todo. Y hacer espacio para Esto, que actúe a través de nosotros, para que podamos colaborar más y dirigir menos. Tal vez allí se revele un misterio que nace desde la confianza y no desde la frenética búsqueda de seguridad, y podamos descubrir el verdadero baile con la existencia. En este baile no estamos solos, y no tenemos que exigir seguridad. Nos movemos en armonía, estando presentes en cada momento, acompañados por el mejor compañero que podemos tener: la Vida misma.