Muchas veces las personas que vienen a la terapia emocional preguntan ¿Por qué nos cuesta poner límites con amor? Una de las posibles respuestas a esta pregunta se encuentra en la gestión emocional. Hay emociones que nos parecen más difíciles de gestionar, y una de ellas es la rabia.
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Muchas veces visitamos a un terapeuta emocional porque la gestión emocional de la rabia nos causa problemas . Sólo unos pocos han tenido la suerte de obtener educación emocional de calidad. Lo que normalmente nos pasa es que no sabemos qué hacer con ella, por lo tanto o reaccionamos en exceso haciendo daño al otro, o la reprimimos y nos hacemos daño a nosotros mismos, la ignoramos, la juzgamos, etc… La rabia puede volverse como una guerrera despiadada, incluso puede darnos miedo. A veces queremos desidentificarnos de ella, cuando aparece decimos: «Esa no soy yo».
La alternativa que nos da la terapia gestalt a esto es sentirla, reconocerla y decidir cómo expresarla.
Lo que aprendemos en la terapia emocional es que la rabia es la guardiana de los límites. Es nuestra protectora y aliada. Cuando alguien traspasa lo que para nosotros es aceptable, la primera señal que nos envía nuestro cerebro es la rabia. Si la ignoramos, la volvemos en nuestro contra.
Poco a poco podemos ir entendiendo su función real, que es la de protegernos. Cuando lo comprendemos realmente la rabia se convierte en una diosa fuerte que está a nuestro lado. Te sientes más seguro cuando te acompaña una diosa ¿verdad?
Recuerdo a una persona en la terapia emocional que le costaba mucho poner límites, sobre todo con su familia, no podía sentir la rabia y en seguida «se iba» a la tristeza y se ponía a llorar. Pero no podía conectar con la fuerza, con el impulso que se necesita para poner límites. Poco a poco, con el proceso que hizo con la terapia individual, se iba dando cuenta que en la rabia residía su fuerza. Esta persona ahora mismo no tiene problemas de poner límites, le sale bastante fácil hacerlo, y me ha dicho incluso “cada vez que siento esta sensación de rabia, es como si me hiciera más grande, como si recobrara vida… y me alegro cuando la siento.
Así que es clave tener herramientas de gestión emocional de la rabia que puedes conseguir p.ej. con la terapia Gestalt.
Escrito por Asia Drozd
Terapeuta Gestalt
Terapeuta emocional
Barcelona, Gavá y online
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