Hay un cuento sobre un hombre que tenía un problema: odiaba a su sombra. Entonces un día, inspirado por un funeral al que había asistido, decidió enterrarla. Hizo un agujero muy grande en la tierra y empezó a tirar la tierra encima de su sombra. Pero no tuvo mucho éxito. Aunque se esforzaba mucho, la sombra siempre acababa en la superficie…
Así a veces parece nuestra relación con el pasado. Nos esforzamos mucho intentando dejarlo, soltarlo, razonando que lo que pasó – pasó, y no se puede hacer nada al respecto. Pero aun así estamos arrastrando temas que ya creíamos que estaban cerrados, aparecen algunos comportamientos que claramente nos limitan, experimentamos emociones “no – lógicas”, es decir que no tienen ninguna relación con lo que actualmente estamos viviendo. La sombra del pasado visita a cada uno de nosotros en algún momento. A veces podemos identificar hasta que punto nos condiciona, a veces no somos ni conscientes que lo que nos está pasando tiene que ver con asuntos pasados no resueltos.
En la terapia Gestalt hablamos de “asuntos pendientes”. Son aquellas situaciones del pasado que en algún momento de la vida se quedaron sin resolver por varios motivos. Algunas emociones en el pasado se pudieron haber quedado bloqueadas por varios motivos. Imaginemos por ejemplo que en una situación de una separación, nosotros no podemos permitirnos a vivir todos los sentimientos relacionados con esta pérdida (rabia, tristeza, apatía) porque tenemos que concentrarnos en buscar una vivienda nueva, y empezar a reorganizar nuestra vida en el sentido práctico. No es de extrañar que en algún momento, cuando ya estamos tranquilamente en nuestro piso nuevo, de repente nos pilla “un bajón” y nos vienen sentimientos de rabia, tristeza, apatía. No lo entendemos racionalmente diciendo “Ahora que ya ha pasado lo peor, tengo mi piso y puedo empezar de nuevo mi vida, es cuando me siento mal”. La cuestión es que antes, cuando nos separamos, estábamos involucrados en los asuntos prácticos y esto era nuestra prioridad. Sin embargo, los sentimientos del duelo por la pérdida de la relación se quedaron aparcados por un tiempo, y crearon un asunto pendiente que ahora, cuando estamos en una situación un poco más relajada, puede ser atendido y resuelto.
También los asuntos pendientes se crean en relaciones. Los sentimientos en relaciones no son expresados por varias razones: porque no queremos molestar, porque no queremos dañar al otro, porque no tenemos suficiente valor para poder expresarlo lo que sentimos, porque le quitamos importancia al asunto diciendo “Tampoco es para tanto…”. Puede tratarse de algo aparentemente pequeño, sin embargo nos crea sensación de malestar, culpa o miedo cada vez que pensamos en ello. Aunque nuestra parte racional lo juzgue como algo que no vale la pena explorar, nuestro inconsciente nos lo trae una y otra vez provocando determinados sentimientos. Incluso puede pasar que la vida misma nos trae delante a un tipo determinado de personas, con las que creamos un determinado tipo de relación, y repetimos los mismos patrones de comportamiento, para poder trabajar esta parte que en algún momento del pasado no ha sido gestionada.
La Terapia Gestalt nos ayuda a determinar estos patrones y a cerrar los asuntos pendientes del pasado. Expresar lo que no fue expresado en el momento, reconocer emociones que no fueron reconocidas, cerrar duelos que no fueron llorados, etc. El resultado es que estamos en paz con lo que pasó. Incluso podemos ver que una situación determinada nos aportó bastante para que pudiéramos crecer y aprender algo importante sobre nosotros mismos, las personas y la vida. De esta manera la sombra oscura del pasado ya no es una carga pesada a la que tenemos que enterrar, sino que puede acompañarnos como un guía aportando aceptación y sabiduría.