Nos hemos centrado en nuestras diferencias, en lo que hay de diferente entre nosotros. Y no prestamos mucha atención a nuestra naturaleza no – dual, que es la verdad que nos une inseparablemente.
Las diferencias entre nosotros están bien, que seamos diferentes está bien, sin esto no puede experiencia. Las diferencias podemos percibir sólo con nuestros sentidos, sólo lo que es perceptible puede ser diferente.
Detrás de la percepción se encuentra lo que no puede ser percibido con los sentidos, lo que no aparece, sino simplemente ES. Y eso es lo que obviamos, aunque la verdad es que es lo único que está aquí siempre. Está aquí, pero no como un objeto.
Qué es realmente la no – separación? La no- dualidad? Según Advaita Vedanta no es una experiencia de fusión con el todo, aunque las experiencias transpersonales de unión, fusión, con el otro, o con el universo son muy profundas, increíbles, nos ayudan a saborear que hay algo más allá de nuestra percepción habitual, hay algo más que sólo nuestro pequeño mundo personal. Pero, como cualquier experiencia, pasan con el tiempo. Hay algo en nosotros que es atemporal, está fuera de tiempo. Y este es nuestro más intimo “yo” no – personal, la Presencia Eterna.
En la Terapia Gestalt Transpersonal descubrimos nuestra no – dualidad no como algo místico, sino como algo muy práctico y simple. Algo que no cambia nunca. Está siempre presente. No puede ser percibido por los sentidos externos, ni internos. No se puede tocar, oler, no se puede pensar. No es una emoción. Aunque todo eso surge desde allí y es percibido desde allí.
La no – dualidad no es diferente que yo, no es diferente que tú. No necesitamos ir lejos para poder sentirla. No está fuera de nosotros. Está aquí mismo. Es lo único que está aquí siempre. Todo lo demás viene y se va. Todo lo que es perceptible por los sentidos externos e internos, viene y se va. Eso, no ha venido nunca ni tampoco se irá nunca. Simplemente ES. Por lo tanto no es una experiencia, que está limitada por el tiempo. No es un objeto grosero o sutil que puede ser percibido por los sentidos.
Porqué es tan importante descubrirlo? Bueno, porque así sabemos quienes somos en esencia, conocemos nuestra espiritualidad. Y por fin podemos realmente vivir. Vivir sólo desde la separación no es una vida de verdad. Muchas veces se parece a meramente sobrevivir. Cuando descubrimos y comprendemos eso en la mente y en el corazón, el amor, alegría, paz, sabiduría surgen de forma muy natural de nosotros. Nuestra vida cambia, también la vida de este planeta cambia, porque el que está en el asiento de conductor, ya no es nuestro ego personal sino la Existencia o el Poder Supremo mismo. Y el perfume de este conductor es la armonía y amor, y sus acciones son perfumadas por la compasión y la comprensión.