Magda viene a la consulta de terapia gestalt y se sienta con la mirada un poco perdida. Empieza a contar con una voz monótona su triste historia. Había sido víctima de abuso de poder. Su padre la pegaba día si, día también. Cuando le pregunto como se siente, me mira con sorpresa y vuelve a contar más detalles de su dramática historia. Le pido que cierre los ojos y que se de cuenta que está sintiendo. «Nada» me contesta. «No siento nada».
Como muchas personas que sufrieron heridas emocionales, Magda tiene problemas de conectar con su cuerpo y sus sensaciones. Sentir le da mucho miedo. Utiliza de forma inconsciente la desconexión para no ponerse en contacto con lo doloroso.
Hay personas que vienen a la terapia gestalt y dicen de que tienen como un muro delante que les impide a conectar con los demás o con el mundo. Están como adormecidas, apáticas. Incluso caen en las drogas y actividades de alto riesgo para poder «sentir algo». Muchas como no pueden sentirse a ellas mismas, «se piensan» a ellas mismas y a su vida, siendo capaces de hacer grandes discursos pero en el fondo se sienten vacías. Se sienten ausentes en su vida, como si la estuvieran viviendo a medias.
La desconexión de las sensaciones corporales puede ser una respuesta a los eventos traumáticos. Los estudios cerebrales que menciona Bessel van der Kolk en su libro «El cuerpo lleva la cuenta» demuestran que las personas que habían sufrido eventos traumáticos desconectaban las áreas de su cerebro responsables de la autopercepción. Es decir en su esfuerzo de no sentir el miedo y todas las sensaciones desagradables desconectaron de la capacidad de sentirse a ellas mismas y de sentirse completamente vivas. Por eso están como adormecidas, sin la plena capacidad de percibirse a ellas mismas y a la vida. Es como si su cuerpo se volviera un lugar inseguro, peligroso de sentir.
Es bastante posible que hayas sufrido en tu vida y que te hayas alejado de tu propio cuerpo. El precio que pagas por esto es notarte un poco como muerto, apático.
Para sentirte de nuevo vivo, necesitas reclamar tu cuerpo para recuperar la conexión con él. Tienes que descubrir tu cuerpo como un amigo, como un lugar seguro que puedes explorar. Cuando te intentas acercar a él, te das cuenta una y otra vez que te escapas, que te despistas a la mínima distracción, que empiezas a planear, analizar, hablarte internamente, etc. Pero vuelves una y otra vez, y esta práctica de volver al cuerpo al final se vuelve una bendición que te lleva a un mayor conocimiento interno y bienestar.
Hay actividades que pueden ayudarte en recuperar esta conexión. Clases de yoga, taichi, baile… La terapia gestalt con su enfoque corporal también puede ayudarte. En las clases de Yoga Kundalini y Gestalt te proponemos esta vuelta hacia tu cuerpo y su profunda escucha.
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Escucho susurro de mi respiración. Ahora se acelera.
Con levantar los brazos y mantenerlos en V siento la tensión entre los omóplatos.
Ahora siento como la energía viaja hacia esta tensión.
Siento un movimiento en el pecho. Ahora vienen las ganas de llorar. Algo se libera.
Uf, no sé que es. Pero confío.
Salgo de la postura. Observo las sensaciones de la zona. Hay movimiento.
Postura de pinza. Siento el estiramiento en la parte posterior de las piernas. Se tensan una y otra vez.
Mi respiración se hace más profunda. Puedo inclinarme más, hay permiso de mi cuerpo. Me inclino. Toda mi espalda se estira. Placer…
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Sensible. Cuando recuperas tu cuerpo, te vuelves sensible. Ahora sientes la tensión. Ahora sientes la relajación. Ahora sientes placer. Ahora sientes algo que ni siguiera puedes describir. Ahora sientes dolor. Ahora sientes una vibración agradable. Y poco a poco empiezas a ver que incluso lo más doloroso, lo más intenso, y lo que antes llamabas «insportable», puede ser respirado y sostenido. Cada sensación que percibes, sea agradable, desagradable o neutra, te acerca más y más a ti mismo, porque forma parte de este «tu mismo» y de la vida que fluye a través de ti. La Vida que eres tu.
Escrito por Asia Drozd
Terapeuta Gestalt y profesora de Kundalini Yoga
Internamente técnica para conectar con tu cuerpo y dejar fluir esas emociones que estaban aplanadas, y es como usted lo expresa todo se respira se suelta y se avanza.
Asi es… gracias por tu comentario :)
Ciertamente vivimos adormecido e insensibles y da miedo reconocerse. Gracias por los consejos
Gracias por tu comentario :)