Tiene dificultades para dormir y a veces tiene pesadillas. Le cuesta tomar decisiones, incluso las más sencillas.
El bucle de la ansiedad
¿En qué espacio temporal estoy viviendo?
¿Qué es lo que controlo de las situaciones que me preocupan?
Otra pregunta que puedes hacerte es: ¿Qué es lo que controlo de las situaciones que me preocupan?
Es importante determinar hasta dónde llega tu responsabilidad. Si intentas controlar lo que no es controlable, seguro que tendrás más ansiedad. Si intentas cambiar a otras personas, o hacer que cambie lo que no está en tus manos, no podrás evitar de ponerte ansioso. Será como dar con la cabeza contra el muro. Pero no tienes que sacar el muro para sentirte mejor, sólo tienes que dejar de darle con la cabeza.
Cuando sabes exactamente qué parte de la realidad controlas, puedes tomar acciones concretas para avanzar. De esta manera te enfocas en lo que si está en tu poder, y sueltas lo que no lo está. Es un avanzar mucho más empoderado, con más empuje hacia adelante.
¿Qué parte del control puedo soltar?
La tercera pregunta, relacionada con la segunda es: ¿Qué parte de control puedo soltar?
Cuando empezamos un viaje, no es posible prever todo lo que nos puede pasar. Igual que cuando empezamos a subir una escalera, no podemos exigir a todos los peldaños que sean perfectos y sin ningún bache. Hay escalones con formas un poco raras, un poco rotos, nos pueden hacer tropezar. Pero esto no significa que tenemos que saber la forma y textura de todos los peldaños antes de subir. Los vamos descubriendo mientras caminamos. Cuando sueltas el control innecesario, el viaje será mucho más placentero (y sentir placer no es compatible con la ansiedad) y no perderás el tiempo ni energía en intentar cambiar lo que no puedes.
Escrito por Asia Drozd
Terapia para la ansiedad