Aquí algunos de mis placeres cotidianos:
– Placer de ver algo, por ejemplo, el juego de la luz y la sombra. El arco-iris que se forma a través de la bola fengshui. El brillo de la hierba.
– Placer de escuchar, no sólo una música agradable sino también el sonido de voz aguda de mi hijo, o la voz grave de mi pareja.. El sonido que hacen las hojas al viento.
– Placer de tocar algo suave, como mi propia piel. El placer de ser tocada en un abrazo por alguien en quien confío. Tocar una flor o una hoja.
– Placer de degustar una fruta jugosa, notar el zumo en mi boca. Placer de café con hielo en verano. (Aquí siempre me queda mucho por descubrir porque soy de comer rápido, y cada vez que voy más lento me sorprendo con el sabor, o la textura)
– Placer de sentirme. Placer de estirarme. Placer de caminar
– Placer de respirar – es un placer quizás más sutil de todos pero muy muy gustoso.
– Placer de bailar con cualquier música
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Claves para conectar con el placer en la vida cotidiana:
1. Darte cuenta que no estás disfrutando (o que vives poco placer)
Lo primero es la consciencia que, como siempre, aporta la luz a la oscuridad. Al menos ahora sabes que hay algo que puedes mejorar. Puede que no sea muy agradable darte cuenta de esto pero este percatarte despertará las ganas de cambio. ¡Así que celebra si te has dado cuenta! ¡Has hecho un gran paso!
2. Darte permiso para conectar con el placer.
Quizás has estado muy centrado en lo que “debes hacer”. En la
terapia gestalt trabajamos esta parte rigurosa, que está centrada en cumplir con las obligaciones más que en disfrutar. Muchas veces es necesario dar más espacio a la parte “dionísiaca” que simplemente disfruta para que puedas darte cuenta que hay mucho placer en tu vida, simplemente tienes que abrirte a él. Así que el permiso es una de las claves muy importantes a la hora de vivir con más placer en la vida cotidiana.
3. Conectar con tu cuerpo
Conectar con tu cuerpo es la otra clave para empezar a sentir más placer. Es el vehículo de placer. La forma más fácil para volver el cuerpo es darte cuenta que estás respirando. El placer se nota cuando es sentido y no cuando es pensado, y lo sientes todo en tu cuerpo. Así que para salir de la mente y conectar con el placer, respira 3 veces más profundamente. En seguida podrás observar como esto cambia tu estado. Incluso es posible que sientas el placer sutil de respirar y empieces a notar alegría.
4. Conectar con el momento presente
No quieres conectar con el recuerdo del placer, sino con el placer en este preciso momento, ¿verdad? Entonces tienes que estar presente, en este preciso momento. Si tu mente está corriendo de un lado al otro, entre futuro y pasado, es imposible que puedas apreciar el placer en este momento. Así que es posible que tengas que parar. Parar y respirar. La respiración te transporta al momento presente. También puedes tocas una campana, centrarte en los pasos de tus pies mientras caminas, pararte y contemplar algún elemento en la naturaleza, etc.
5. Aprender a valorar lo pequeño y aparentemente insignificante.
El placer en la vida cotidiana está disponible siempre. Sólo tienes que abrir tus sentidos. Está aquí mismo, escondido en el color brillante de una flor, en la brisa del viento refrescante, en la voz de tu madre. Pero si no lo valoras lo pequeño, lo no – tan – intenso, es imposible que encuentres placer en tu vida cotidiana. Empieza a apreciar “lo normalito” de tu vida. Así podrás ver que está lleno de magia y que no necesitas algo muy grande para sentir placer.
Si quieres adentrarte más en el mundo de placer corporal, empezar a vivirte más desde el disfrute,
quizás te interese la terapia gestalt. En las sesiones podemos tratar las resistencias y las causas de los bloqueos que te frenan de tener una vida más plena.
Muy interesante…..me ha ayudado mucho.
Gracias
Un saludo
Gracias a ti Franscisco. Un gran abrazo